

Pero vayamos por partes. Gasol tenía hambre de triunfos y, sobre todo de títulos. Sus estadísticas individuales necesitaban ser revalidadas con un aumento de la vitrina en donde guarda sus trofeos. Aunque en este caso, el más preciado lo lleva en su dedo, en donde luce el anillo de campeón de la NBA que conquistó con los Angeles Lakers. El dúo que formó con Kobe Bryant fue excesivo para los equipos rivales, que no tenían otra que la de disfrutar ante el talento en estado puro. Es el primer español que gana el título de la NBA. Pero mucho nos tememos, que no será el último. Hasta parece anecdótico que fuera seleccionado para jugar el All Star. Lo raro sería no verle jugando el partido que reúne a las estrellas del baloncesto, como este de Koby y Gasol.
Pero esto no fue todo. Pau quería más. Tenía un título a tiro que no quería dejar escapar: el Europeo de Polonia. Dicho y hecho. Renunció a sus vacaciones para luchar por otro oro más en su carrera. Una lesión en el dedo estuvo cerca de apartarle de la cita. Sin embargo, le sirvió de motivación extra para engancharse a un equipo adictivo para los aficionados. Con Sergio Scariolo en el banquillo, nos tuvimos que sobreponer a un flojo comienzo que cerca estuvo de eliminarnos en la primera fase. Poco a poco fueron cogiendo la forma, hasta colgarse en el cuello el oro.
Los otros dos nombres protagonistas de nuestro baloncesto son dos jóvenes. Uno, además, es el hermano de Pau: Marc. El otro Gasol se ha hecho un sitio en la NBA entre los mejore pívots de la Liga. El otro joven, casi imberbe, es Ricky Rubio. Un niño que a los 18 años es todo un veterano y al que le sonríe la fortuna de tener el talento como DNI. Su fichaje por el Barcelona es sólo otro paso para llegar a la meta que se proponga. Tiempo a l tiempo.
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