

Joan Laporta apostó muy fuerte por él. Muy pocos confiaban en una persona muy querida por la afición culé pero con poca experiencia en los banquillos. Sólo había estado una temporada entrenando al Barca B en tercera división, con el bagaje de subirle a Segunda B. Sin embargo, Guardiola fue convirtiendo las dudas en elogios. Su falta de tablas fue precisamente lo que requería el club azulgrana, que vio como llegaba un hombre sin vicios ni malas costumbres adquiridas.
Lo primero que hizo Guardiola fue limpiar el vestuario para que respirara de nuevo un buen ambiente, fundamental para lograr que a través del esfuerzo común se luchara por salir siempre a por la victoria. Víctimas de esta decisión fueron Ronaldinho y Deco, que se fueron traspasados respectivamente al Milan y al Chelsea.
Con Samuel Eto´o también se intentó que abandonara el club, aunque finalmente, no se recibieron ofertas que contentaran al camerunés. A pesar de esto, Samuel defendió su condición de titular de la mejor forma que sabe, con goles. A Henry, otra vaca sagrada, decidió regalarle confianza. El francés tuvo una primera temporada en el Barcelona muy gris debido a su falta de adaptación por problemas personales. En cuento superó el divorcio se volvió a ver su mejor versión. Pegado a la banda ha vuelta a recordar al jugador del Arsenal que media Europa quería.
Imagen de wikipedia