Y es que el equipo de Phil Jackson nunca ha dado la sensación de estar cerca de su mejor nivel en las eliminatorias por el título. Pasaron la primera ronda ante unos Hornets muy inferiores y en cuanto se han encontrado con un equipo realmente duro han sucumbido sin ningún tipo de oposición.
Dallas ha pasado por encima de unos Lakers inoperantes. Bryant no ha sido el jugador más determinante de ésta liga ni de lejos. Si a esto le sumamos un Gasol en un estado de forma malo el resultado es evidente. El papel de los secundarios también ha sido nefasto. Artest, Bynum y Odom no han sido jugadores importantes en todos los Playoffs.
A principio de temporada, en la franquicia angelina se celebraba la incorporación de jugadores como Barnes y Blake presumiendo de un equipo más equilibrado y potente. Pues bien, los fichajes también han naufragado. Barnes y Blake, con el resto del banquillo, han pasado sin pena ni gloria por una post-temporada para el olvido de los todavía campeones de la NBA.
La derrota en Dallas, por 36 puntos, es el inmerecido cierre de carrera para uno de los entrenadores más grandes de todos los tiempos: Phil Jackson. El Señor de los Anillos no ha podido conseguir un último título en su última temporada y además se marcha sonrojado por el equipo de Rick Carlisle. Ahora la rumorología de entrenadores copa la prensa de Los Ángeles. Muchos nombres para cubrir un hueco demasiado grande en el banquillo del Stapless.
Además del entrenador, la fiesta de rumores también está llegando a la plantilla. Sin ir más lejos, ya se habla de un traspaso entre Orlando y Lakers con Gasol y Howard como principales figuras. Son sólo rumores, pero como ya se sabe, en el deporte no existe la memoria.
