

Memphis está pasando por encima del mejor equipo de la conferencia en éste temporada, San Antonio Spurs. Un equipo que cuenta con un plantel de estrellas que sobre el papel dan miedo. Sobre la cancha los Duncan, Ginóbili y Parker son simples presas para unos Grizzlies más hambrientos que nunca. Los Spurs están viendo cómo un equipo joven les ha cerrado prácticamente su ciclo. La imagen de ayer en el banquillo de sus estrellas mientras un equipo con el que nadie contaba les apalizaba salvajemente en la segunda mitad, así lo dice. La reconstrucción cambia de estado, es turno de los de San Antonio.
En todo ésto tiene mucho que ver la baja de Rudy Gay. La lesión de la presunta estrella de los Grizzlies ha hecho dar un paso adelante a jugadores que antes tenían una aportación testimonial. Ésto ha hecho que Memphis practique un baloncesto de equipo, dónde todos los jugadores aportan. Hasta Zach Randolph, jugador con una mentalidad tradicionalmente egoísta está jugando su mejor y más colectivo baloncesto de su carrera.
La pregunta obligada ahora es: ¿Qué pasa cuando vuelva Rudy Gay? Ahí es donde entra el papel de Lionel Hollins. El entrenador está haciendo un trabajo espectacular, sobre todo en su faceta de psicólogo. Hollins se ha descubierto como un gran comunicador y ha convertido a un equipo inexperto y mentalmente débil en un equipo ganador y con un descaro joven envidiable.