

Son tres los principales motivos por los que el italiano dimite. El primero y el más evidente es la fractura del vestuario. El señalado es Felipe Reyes: "Salió una entrevista sin sentido de Felipe Reyes, que no debía haber salido. En un gran club esto no debe ocurrir." Messina no tolera las salidas de tono en la prensa, es un entrenador paraguas como él mismo se define, prefiere que toda la presión recaiga sobre él. Los rumores dicen que jugadores veteranos como Reyes, Garbajosa o Prigioni no acababan de conectar con el transalpino que sólo contaba con el apoyo de los americanos y de los jóvenes.
El segundo motivo tiene que ver con su poca unión con la directiva: "La estructura del Madrid no protege al entrenador" ... " Es complicado el acceso hasta Florentino Pérez". Esto no hace nada más que evidenciar el poco interés y acercamiento del presidente del club hacía la sección de baloncesto, donde Messina se encontraba indefenso ante todos los problemas.
El tercer y último problema ha sido la prensa: "El Madrid está rodeado de una prensa sin dignidad ni restricciones en el uso del sarcasmo y la provocación. Busca enturbiar. Protege siempre al jugador español sobre el extranjero, pone a unos en contra de otros, busca la división y no el vínculo."
El encargado de tomar las riendas del equipo ahora ha sido Emanuel Molin, su segundo. A falta de pocos días para el crucial cruce de cuartos de la Euroliga el Madrid se encuentra sumido en una crisis institucional evidente. Veremos si al final de año ruedan cabezas o si Molin es un héroe de rebote llevando al equipo a la ansiada Final Four. Cinco partidos tienen la respuesta.