Para comenzar, la selección de Estados Unidos ha sufrido varios quebraderos de cabeza en los últimos años, ya sea quedando eliminado en Mundiales o Europeos.Hasta los Juegos Olímpicos de Seúl, los norteamericanos sacaban pecho de su superioridad. Por eso, no se dignaban a mandar a jugadores profesionales de la NBA, solo podían ser seleccionados los universitarios. Tras el ridículo que hicieron en la Olimpiadas de 1988, a pesar de tener a David Robinson en el equipo, las cosas cambiaron. A Barcelona mandaron el más famoso de los Dream Team. Michael Jordan, MAgic Jonhson, Charles Barkley o Larry Bird dieron una auténtica lección de cómo jugar al baloncesto que no se olvidará jamás. Pero como suele ser habitual allí, la prepotencia les hizo relajarse de nuevo. Cada vez que había un Mundial o Juegos Olímpicos se volvía a hablar de un nuevo Dream Team que no le llegaba a la suela de los zapatos del original. Muchas frustraciones, decepciones, demasiado individualismo y un juego en donde la calidad individual y el ego deja de lado el sentido colectivo de un deporte en el que es necesario la involucración de todos. Quizá, ha sido en los últimos Juegos de Pekín donde han vuelto a recuperar la esencia del baloncesto de la mano de LeBron James, Kobe Bryant o Superman Howard, que consiguieron una medalla de oro ante España, aunque con ayuda arbitral. Pau Gasol resume a la perfección la diferencia entre el europeo y el americano: “ Los jugadores europeos tenemos esa etiqueta colgada, ¿no? 'Más finos y más blandos que los americanos'. Es la imagen que se tiene de los europeos. No somos tan atléticos y dotados físicamente, pero tenemos la calidad que muchos americanos no tienen.¿Es comparable el basket americano con el europeo?
16 junio 2009 | Por luismipalacios
Aunque las diferencias entre el jugador de baloncesto norteamericano y el europeo cada vez son menores, siempre queda el poso de que todo aquel que no ha nacido en Estados Unidos tiene bastante menos nivel que el de fuera. Vamos, que juega peor y es inferior. Sin embargo, muchos son los datos que llevan a pensar que no es así.
Para comenzar, la selección de Estados Unidos ha sufrido varios quebraderos de cabeza en los últimos años, ya sea quedando eliminado en Mundiales o Europeos.Hasta los Juegos Olímpicos de Seúl, los norteamericanos sacaban pecho de su superioridad. Por eso, no se dignaban a mandar a jugadores profesionales de la NBA, solo podían ser seleccionados los universitarios. Tras el ridículo que hicieron en la Olimpiadas de 1988, a pesar de tener a David Robinson en el equipo, las cosas cambiaron. A Barcelona mandaron el más famoso de los Dream Team. Michael Jordan, MAgic Jonhson, Charles Barkley o Larry Bird dieron una auténtica lección de cómo jugar al baloncesto que no se olvidará jamás. Pero como suele ser habitual allí, la prepotencia les hizo relajarse de nuevo. Cada vez que había un Mundial o Juegos Olímpicos se volvía a hablar de un nuevo Dream Team que no le llegaba a la suela de los zapatos del original. Muchas frustraciones, decepciones, demasiado individualismo y un juego en donde la calidad individual y el ego deja de lado el sentido colectivo de un deporte en el que es necesario la involucración de todos. Quizá, ha sido en los últimos Juegos de Pekín donde han vuelto a recuperar la esencia del baloncesto de la mano de LeBron James, Kobe Bryant o Superman Howard, que consiguieron una medalla de oro ante España, aunque con ayuda arbitral. Pau Gasol resume a la perfección la diferencia entre el europeo y el americano: “ Los jugadores europeos tenemos esa etiqueta colgada, ¿no? 'Más finos y más blandos que los americanos'. Es la imagen que se tiene de los europeos. No somos tan atléticos y dotados físicamente, pero tenemos la calidad que muchos americanos no tienen.
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