Pero no ya sólo ha ganado el trofeo de París, sino que además lo ha hecho con una solvencia espectacular, ya que Rafa Nadal no ha perdido ni un solo set en todo el torneo. En la final, Nadal fue muy superior al sueco Robin Soderling, al que se impuso por 6-4, 6-2 y 6-4. Tan sólo necesito tres sets y dos horas y 18 minutos de partido. De este modo, el manacorí se toma la revancha del que fuera su verdugo el año pasado. Por su parte, Soderling, pese a perder la final, sube puestos en la clasificación y se sitúa en sexto lugar, pasando al argentino Del Potro.
Nadal no tuvo ningún problema en la final, ante un rival al que, posiblemente, se le hizo grande el partido. Lo más importante es que tras esta victoria, Rafa recupera el número uno, con lo que se pone de manifiesto que todavía no está acabado.


Con este título, Nadal conquista su séptimo Grand Slam y su quinta Roland Garros. Además, siguiendo con los datos, el manacorí se alza con su vigésimo noveno título sobre tierra batida (tan sólo le separa uno de los 30 de Borg y Orantes, y alguno más de los 45 de Vilas).
Ahora le toca el turno a la hierba de Wimbledon, en la que Nadal quiere volver a conquistar, tras un año difícil, otro título de Grand Slam. Y tras lo visto en París, el estado de forma de Rafa todavía tiene mucho que decir.
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