Nadal llegaba a la final después de derrotar al francés Richard Gasquet en dos sets en semifinales y demostrando haber superado los problemas de salud de mitad de semana. Por su parte, Novak Djokovic tuvo que sufrir lo indecible en su partido de semifinales contra Andy Murray. El jugador escocés incluso sacó para ganar, pero los nervios le pudieron y permitió meterse de nuevo en el partido al serbio, que además de a un nivel increíble parece estar tocado por un barita mágica. Sin embargo, fue un partido durísimo que hacía presagiar que lo podía pagar este domingo en la final. Afortunadamente para el serbio el partido tuvo que suspenderse durante varias horas por la lluvia. Un hecho que podría ser anecdótico, pero que permitió al serbio tener unas horas extras de descanso.
Finalmente, la lluvia cedió y pudo comenzar la esperada final. Un partido que se presentaba con aires de venganza para el manacorí después de caer derrotado en las 3 últimas finales de Masters 1000 en las que se habían enfrentando los mismos jugadores (Miami, Indian Wells y Madrid). Djokovic buscaba su séptimo título de la temporada, su cuarto Masters 1000 y elevar su racha de victoria hasta las 37 seguidas en lo que va de año. Unos números increíbles que dan buena muestra del estado de forma y juego del número dos del mundo.
Los dos mejores tenistas del mundo ofrecieron un gran partido disputado de poder a poder. El primer set comenzó con máxima igualdad y con los jugadores intentando asegurar sus servicios. Muy seguros al saque, y haciendo uso de sus armas, la primera manga tuvo que esperar a los últimos juegos para que se acelerarán todos los acontecimientos. Djokovic aprovechó la primera ocasión que tuvo para romper el saque al español. Pero Nadal se lo devolvió en el juego siguiente. Parecía que todo indicaba que nos iríamos al tie-break, que pero el serbio "Nole" vio su ocasión con 5-4 y saque del manacorí y no lo desaprovechó. A la primera le rompía el saque y se hacía con el primer set.
Nadal acusó el golpe recibido y volvió a perder el saque al comienzo del segundo set. Pero el español demostró por qué es el mejor jugador del mundo y su habitual casta le permitió volver a igualar el resultado. Parecía que era el momento del español, porque Novak empezaba a dar algunos síntomas de cansancio. Sin embargo, Nadal no pudo aprovechar la situación y se llegó a la misma situación del primer set. 5-4 para Djokovic y saque de Rafa. También se repitió el mismo guión, el jugador serbio vio la victoria más cerca que nunca y se lanzó al ataque. A pesar de salvar 3 bolas de partido, Nadal no pudó finalmente remontar y acabó cayendo de nuevo por 6-4.
Afortunadamente, el deporte siempre ofrece nuevas oportunidades y el próximo fin de semana da comienzo Roland Garros, el Grand Slam del que Nadal es el absoluto dominador y que a buen seguro intentará revalidar por sexta ocasión. Una batalla que se presenta apasionante.
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