Todo indica que será el Manchester United el enemigo al que tendrán que hacer frente. El partido de ida de su semifinal contra el Arsenal se saldó con una victoria por la mínima (1-0). Los reds dominaron el encuentro de principio a fin. Con un fútbol alegre, vertical y rápido desarbolaron los principios defensivos de los de Arsene Wenger. Cumplieron los dos objetivos que se habían marcado: ganar y no encajar goles.
Sobre el césped de Old Trafford coincidieron dos de los futuribles que suenan con más fuerza para jugar en el Real Madrid la próxima temporada: Cristiano Ronaldo y Cesc Fábregas. El delantero portugués pasó desapercibido, su imagen quedó borrosa si la comparamos a la que nos deslumbra cada fin de semana y que le dio el Balón de Oro en su última edición. A pesar de todo, tuvo tiempo para mandar un balón a la escuadra. Por su parte, Cesc sufrió la inoperancia de su equipo. Su técnico le situó en la posición de media punta, lo que le privó de estar en contacto con la pelota. Estuvo obligado a recibir el balón siempre de espaldas, lo que le restó efectividad.
Dentro de dos semanas se conocerán los finalistas de la Champions League. Yo apostaría por el Barcelona de Guardiola y el Manchester como los conjuntos que serán los protagonistas de la misma. Para que se cumpla, deberán de olvidar los egos y los excesos de confianza que otorga el tener a tantas estrellas en un vestuario.
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