

El mundo del fútbol no se queda al margen de este fenómeno. Sucede con más frecuencia de la que sería buena. Un caso evidente es el de Juan Ramón López Caro, actual seleccionador Sub 21 de la selección española y que con un buen equipo ha caído eliminado a las primeras de cambio en el Europeo de la categoría.
El mayor y único mérito conocido de López Caro ha sido el ascenso a de Segunda B a Segunda A con el Castilla, el filial del Real Madrid. En ese equipo estaban jugadores como Roberto Soldado, Rubén de la Red, Arbeloa, Diego López… todos ellos internacionales. Posteriormente le llegó la oportunidad de su vida cuando le ofrecieron entrenar al Real Madrid. Por supuesto que aceptó el ofrecimiento. Un hombre tan religioso como Juan Ramón dio gracias a dios por la oportunidad. No me extraña, sólo un milagro puede proceder a que un entrenador de su perfil dirija al equipo más mediático del mundo.
Como era de prever, fue un desastre. Cayó eliminado de la Champions ante el Arsenal, el Zaragoza goleó a los blanco en la Copa del Rey…. Y lo peor fue su actitud caciquesca con los jugadores. A los importantes como Raúl les hacía la pelota. A los humildes no les daba ni bola. Posteriormente entrenó al Levante y al Celta. De los dos equipos fue destituido antes de que terminase la temporada. Sin que nadie se lo explicase, Fernando Hierro le dio la oportunidad de entrenar a la selección española Sub 21, de la que no ha logrado sacar todo el jugo que tiene. Que alguien me explique qué méritos ha hecho para estar ahí.