La jugadora alemana se convirtió por méritos propios en leyenda viva de este deporte, gracias no solo a sus impresionantes resultados, sino sobretodo a la forma que tenía de conseguirlos, con un juego espectacular que mezclaba la potencia con una calidad que en la actualidad se echa muchas veces en falta. Si hay que definir el juego de Steffi con una palabra esa sería elegante. La tenista alemana tenía unos golpes naturales y llenos de elegancia que convertían sus partidos en obras de arte. La naturalidad con la que daba sus derechas, su famosos golpes cortados...era tal la variedad de los golpes de su repertorio que sus rivales poco podían hacer. También ayudaba su velocidad y movimiento de piernas en la pista que la hacían llegar a todas las bolas y siempre estar dominando, que es el juego que realmente le gustaba. Se apoya también en un gran saque y unas espectaculares voleas. Probablemente sea la mejor jugadora técnicamente que ha dado el tenis.
Además, Graf coincidió en su carrera con grandes nombres del deporte como Martina Navratilova, Monica Seles, Grabiela Sabatini o nuestra Arantxa Sánchez Vicario. Gracias a ello nos dejaron para el recuerdo momentos inolvidables, finales épicas que serán recordadas siempre, como su primer título en Roland Garros frente a Martina Navratilova. Partido que ganó con tan solo 18 años a una otra leyenda como es Martina por 6-4, 4-6 y 8-6. O su victoria en la final de Wimbledon de 1991 contra la argentina Gabriela Sabatini por 6-4, 3-6 y 8-6. Sus enfrentamientos contra Arantxa será siempre recordados, ambas tenistas se tenían mutua admiración y ello nos permitió disfrutar de grandes partidos como la final de Wimbledon en 1995 (4-6, 6-1, 7-5) y de Roland Garros en 1996 (6-3, 6-7 y 10-8). Esta última es para muchos una de las mejores finales de todos los tiempos.
Desde niña se veía que era especial, y a los 13 años ya debutó como profesional y a los 15 consiguió la medalla de oro en los Juegos olímpicos de Los Ángeles. Ya demostraba que iba a ser la mejor jugadora del circuito durante años. Desde su primer título, en 1986 contra Chris Evert hasta su retirada en 1999, Steffi consiguió la friolera de 107 torneos WTA en sus casi 17 años de profesional. Solo Navratilova y Evert tienen más títulos que la germana.
Sus números son estratosféricos, 377 semanas como número uno, estableciendo el récord de 186 semanas consecutivas liderando la clasificación. Tiene también el segundo mejor registro en número de victorias consecutivas, con 68. Tiene un total de 23 títulos de Grand Slam (22 en individuales y uno en dobles) en 35 finales disputadas: 4 Open Australia, 6 Roland Garros, 8 Wimbledon y 5 Open Usa. Números impresionantes que se completan con dos medallas de oro, la nombrada en Los Ángeles y otra en Seúl 88.
En 1999 se retiró y como fue norma en su carrera lo hizo ganando, con su última victoria poco tiempo antes en un grande, en Roland Garros contra la entonces número uno del mundo, la suiza Martina Hingis.
Es Steffi la mejor embajadora de una de las épocas más brillantes del tenis, las décadas de los 80 y 90, que hizo vibrar a los espectadores de todo el mundo con un tenis de un nivel difícilmente superable. Nada mejor que recordar algunos de sus mejores momentos e imágenes que ha dejado para el recuerdo con este vídeo:
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