El tenista estadounidense, de origen griego, marcó una época con su maravilloso tenis que le llevó a ser el absoluto dominador del circuito masculino durante la década de los noventa y en la que hizo míticos sus finales contra Agassi.
Hijo de inmigrantes griegos, desde muy pequeño demostró unas cualidades extraordinarias para el tenis. Así, con tan sólo 17 años ya había debutado en el circuito profesional dando buena muestra ya del gran juego que llevaba dentro y que le permitió, antes de cumplir los 19 años, obtener su primer título en Filadelfia contra uno de los tenistas de moda de aquella época, el ecuatoriano Andrés Gómez. Fue un inicio fulgurante en su palmarés, ya que recién cumplidos los 19 años conseguiría ese mismo año su primer Grand Slam, el Abierto de EE.UU. Torneo en el que derrotó a nombres míticos como John McEnroe y el que había sido su preparador, Ivan Lendl. En la final se impuso a otra joven estrella que empezaba a despuntar, Andre Agassi. Con esa final daría comienzo una rivalidad deportiva que entusiasmaría durante más de diez años a todos los aficionados del tenis.
Sería el brillante comienzo de un jugador que se convertiría en un maestro de la raqueta. En el total de su carrera, Sampras consiguió 66 títulos (64 en individuales y dos en dobles). Es, además, el segundo jugador con más títulos de Grand Slam de la historia con un total de catorce: 2 Abiertos de Australia, 7 Wimbledon y 5 Abierto de Estados Unidos. Sin embargo, Pete se quedó con una espina clavada al no poder conseguir el único Grand Slam que le faltaba, Roland Garros. Además, consiguió 11 ATP Masters Series (actuales Masters 1000) y 5 Tennis Masters Cup. Unos números increíbles que le permitieron liderar la clasificación de la ATP durante 286 semanas (102 de forma consecutivo). Un récord que todavía nadie ha podido superar.
Pero si por algo destacó Sampras es por su tenis, uno de los más sólidos y completos de la historia. Su apariencia de serenidad y tranquilidad la trasladaba a las pistas, dando la sensación de que jugaba sin esforzarse y que golpeaba con toda facilidad. Era un tenis perfeccionado hasta límites insospechados, de manera que podía dominar prácticamente todos los golpes. Contaba con uno de los saques más potentes que ha habido y que sabía cambiar para siempre engañar al rival. Sus fuertes derechas eran devastadoras para el rival. En el recuerdo quedan sus increíbles passing shots y golpes del fondo de la pista que le permitían dominar los puntos desde el comienzo. Puntos que casi siempre terminaba en la red gracias a su dominio absoluto del golpe de volea y que le permitió dominar siempre en pistas rápidas.
También queda para el recuerdo sus espectaculares smash en los que se quedaba suspendido en el aire hasta golpear la bola. Conocido como "smash flying" o "jumping smash" se convirtió en uno de los golpes más espectaculares que se han visto en toda la historia y que hacía de sus partidos un absoluto espectáculo.
Finalmente este jugador increíble se retiró en 2003, quedando como uno de los mejores tenistas de la historia gracias a su maravillo juego y sus míticos enfrentamientos contra su compatriota Andre Agassi. Para terminar, nada mejor que disfrutar con los mejores momentos de uno de los mejores partidos de Sampras en la final de Wimbledon de 1999 contra Agassi.
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