El gol del azulgrana servía para igualar un marcador (1-1) que se les había puesto en contra cuando Essien inauguró el electrónico con un golazo por la escuadra en el minuto seis. La curiosidad del partido fue que los azulgranas marcaron en el único disparo a puerta que lanzaron entre los tres palos durante los 90 minutos.
Su pase a la final estuvo basado en la fe que tienen en sus posibilidades. Incluso jugando con 10 (Abidal fue expulsado al comienzo de la segunda parte) siempre piensan en salir victorioso ante sus rivales. Guardiola es el líder ideológico de un equipo que borda el buen fútbol. Con toques rápidos y verticales sólo piensan en perforar las redes del portero rival. El técnico les ha prohibido jugar al pelotazo. Cada contacto con la pelota tiene que tener un por qué.
Nada es gratuito. Todo está al servicio de hacer feliz a los aficionados que admiran la excelencia que logran cada vez que saltan al terreno de juego. Iniesta se ha convertido en el auténtico líder del equipo. Si Messi se lleva los trofeos y la mayoría de las portadas de los medios deportivos, el centrocampista albaceteño pone la magia y el esfuerzo necesario para convertir los sueños en realidad.
Desde un segundo plano, se convierte en el auténtico protagonista de los guiones de los partidos. Modesto, humilde e introvertido se ha convertido en el auténtico referente para sus compañeros, que siempre le buscan cuando tienen un problema que resolver. Porque saben que Iniesta nunca falla. Porque saben que Iniesta es feliz haciendo feliz a los que le rodean. Por primera vez en muchos años, los españoles estamos de enhorabuena. Quizá el mejor futbolista del mundo en la actualidad juega en La Roja.
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