

La final se presenta con varias incógnitas y con muchas necesidades históricas. Dos equipos con políticas, estilos de juego y jugadores muy diferentes. Miami representa el poder, el Big3 acapara todos los flashes y el juego, mientras que Dallas es un equipo con menos nombres que rodean a su gran estrella, el alemán Dirk Nowitzki.


El favorito es Miami Heat. El factor cancha y el Big3 son los factores a los que se agarra el equipo de Florida. James está jugando seguramente el mejor baloncesto de su carrera mientras Bosh está yendo a más en estos Playoffs y está siendo el jugador determinante que todos esperaban. Wade ha dado un paso atrás para darle más protagonismo a Lebron, cosa que le hace aún más temible si cabe ya que está sabiendo seleccionar mucho mejor su protagonismo en ataque.
La defensa es uno de los grandes activos de este equipo. Miami cierra su aro como un equipo, como deben hacer los campeones. El aura de grandeza que se respira en el American Airlines Arena no les quita de bajar la cintura en defensa y hacer muy difícil a sus rivales conseguir puntos fáciles.
El problema es la defensa interior. Mientras Wade y James están defendiendo como nunca en su carrera, Bosh no es ni será nunca un gran defensor. Además, cualquiera de los jugadores de la plantilla que le acompañe en la pintura se antoja imposible que pare a Dirk Nowitzki.


El alemán está haciendo una post-temporada de vértigo. Está por encima del 50% en tiros de campo y en tiros de tres. Desde ahí nace todo el juego de Dallas. Dirk es capaz de anotar, si no anota saca falta, y si no consigue ninguna de las dos cosas es capaz de asistir a sus compañeros. Un cuatro completo donde los haya y que seguro que hará sufrir más de lo esperado a Bosh, si es que Spoelstra decide emparejarlos juntos.
El banquillo de Dallas es otro de sus grandes activos. Terry, Barea y un Stojakovic ya mayor pero con mano de seda pueden apuntillar a un manquillo de Miami mucho más mediocre. Nowitzki, el banquillo y la defensa de Marion a Lebron, son las bazas que juega el equipo de Texas. “The Matrix” es un jugador que por sus características puede hacer mucho daño en defensa a Lebron, sobretodo por sus grandes condiciones físicas para pararle en el desplazamiento lateral.
Veremos a partir del martes si el Big3 de Miami se consagra en la cumbre o si la historia de la NBA le da por fin un anillo a dos estandartes de la última década, el ya nombrado Dirk Nowitzki y el veterano Jason Kidd.