

La continúa rivalidad con su entonces compañero de equipo en McLaren, Fernando Alonso, avivó un sentimiento de antipatía generalizada en la afición española. Además, las continúas meteduras de pata del piloto inglés y el trato de favor que McLaren y la FIA le concedían en detrimento de Alonso avivaron aún más la polémica. Desde entonces, el piloto británico ha protagonizado multitud de incidentes y acciones polémicas.
Los aficionados nunca olvidarán el G.P. de China de 2007, cuando Hamilton se quedó enganchado en la puzolana de entrada al pit-lane, o el G.P. de Europa del mismo año, cuando el coche de Hamilton, bajo una lluvia torrencial, fue devuelto a la pista, remolcado por una grúa.
Pero la imprudencia del piloto inglés también se cobra victimas entre el resto de pilotos, como le ocurrió a Raikkonen en Canadá 2008, cuando se vio embestido por el de McLaren con el semáforo cerrado en el pit-lane o en Bahrein 2008, cuando Fernando Alonso vio por su retrovisor como Hamilton le destrozaba el alerón trasero de su Renault.
Para Hamilton no existen los adelantamientos imposibles y la palabra rendición no existe en su vocabulario. Este mismo año en Mónaco dio buena fe de su agresividad, cuando Massa y Maldonado fueron víctimas del ímpetu del piloto inglés, al verse, literalmente, apartados de la pista por el piloto de McLaren.
Precisamente por ser un piloto que arriesga al límite en cada carrera, por ser un piloto que no conoce la rendición, es alabado por muchos aficionados, que encuentran en el piloto inglés una fuente inagotable de espectáculo. Polémico o no, esta claro que la Fórmula 1 no seria los mismo sin Lewis Hamilton.
Foto imagen por Evil Monkey Ali