El suizo volvió por sus fueros, sin cometer fallos y con un tenis que rozó la perfección. Golpes de maestro, letales, ante los que un cansado Rafa no pudo hacer nada.
En contra de Rafa también estaba esa pista a la que no acaba de coger el punto. Y por su puesto, un soberbio rival, un maestro y un campeón como es Roger Federer. El suizo salió muy fuerte, con ganas, y el primer set fue mejor. En el segundo, Rafa se negaba a asumir una derrota, y sacó esa fuerza mental que le ha llevado al número uno del tenis mundial.


Con 1-1 en el marcador, el tercer set parecía definitivo, parecía que iba a ser uno de esos largos enfrentamientos entre los dos mejores tenistas del mundo. Pero no, el bajón físico de Rafa unido al dominio de Federer, decantaron la balanza a favor del suizo, que se impuso con relativa facilidad con un 6-1.
Uno de los factores que influyó en el desenlace final del partido fue el acierto en los primeros servicios de Federer y los puntos que consiguió con ellos. El suizo quería ganar a Rafa, su bestia negra, y uno de los pocos tenistas que puede vencerle.
Al final, la victoria del suizo es merecida, y le sirve para recortar 500 puntos a Nadal en la clasificación de la ATP. ¿Quién decía que Federer estaba acabado?
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