El partido no pudo comenzar mejor para el equipo azulgrana. Iniesta marcaba el primer gol en un mano ante el portero ucraniano tras llegarle el balón de una carambola en la frontal. El Barça golpeaba primero y se presumía partido fácil.
El Shakhtar no se amilanó y llegó varias veces en los siguientes minutos a la portería de Valdés pero ahí se vió la diferencia entre un buen equipo y un equipo grande. Fallaron ocasiones de forma inexplicable para jugadores de primer nivel. Ahí se evidenció la falta de oficio y experiencia de un equipo joven y no acostumbrado a jugar partidos de éste calibre. Si juegas contra el Barça, aunque no esté en su mejor versión, lo acabas pagando. Eso fue lo que pasó, en un balón largo Alves se aprovechó de la salida en falso de Pyatov y marcó el segundo gol. Así se llegó al descanso.
En la reanudación el partido se estancó en ocasiones y juego. Todo se animó cuando a la salida de un córner, Piqué remató un balón raso que tras desviarlo un defensa se coló en la portería ucraniana. Acto después el Shakhtar acortaba distancias en un gol del central Rakitskiy con la espinilla. Poco ortodoxo pero al fin y al cabo gol. Dicen que en casa del pobre poco dura la alegría y eso fue lo que pasó. A la siguiente jugada Keita reventó la portería para marcar el cuarto y cerrar el partido de forma definitiva. 4-1 y el Camp Nou ya era una fiesta.
Aún hubo tiempo para que Xavi redondeara el partido con el quinto gol y para que Iniesta forzara la tarjeta amarilla y entrara limpio en semifinales sin necesidad de llamar la atención de nadie, a éste Barça le sale todo bien.
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