

A pesar de empezar con quince victorias consecutivas, la Copa Confederaciones le ha podido dejar marcado. Una inesperada derrota ante Estados Unidos en semifinales supuso el final de un sueño creado por Luis Aragonés y que Vicente no ha sabido continuar.
Vicente del Bosque es una buena persona. Tiene un carácter afable refrendado por su espeso y simpático bigote. Por eso extraña la actitud que tiene ante Florentino Pérez y Valdano. Define como empalagoso y prepotente la política de fichar a los mejores jugadores del mundo, independientemente del precio que se pague por ellos.
Da a entender que los aficionados al Madrid van a estar a disgusto cuando vean a Cristiano Ronaldo y a Kaka sobre el césped del Santiago Bernabéu debido a que la suma de los dos es superior a 150 millones de euros. Por el contrario, no tiene reparos en definir a Lorenzo Sanz como un gran presidente a pesar de que quedó demostrado que pilló pasta de la caja del Madrid para echar una partidita de póker.
Cuando Del Bosque tenía que haber protestado fue cuando aún estaba dentro del club. Él fue la cabeza visible de un proyecto que ahora critica sin piedad. Yo no le escuché quejarse del fichaje de Zidane o de Figo. A lo mejor se queja porque ahora no es él el entrenador que los dirigirá. Espero que Vicente sea capaz de pasar página y de no mirar al pasado con rencor. Está estropeando la imagen de madridista prudente que todos teníamos de él.
Imagen: Bajo licencia CC