El ciclismo de montaña tiene su origen a finales de la década de los setenta en California, aunque ya incluso en la primera mitad del siglo XX se hizo muy popular este estilo en Estados Unidos.
Un ciclismo de competición que tiene lugar, por regla general, en bosques de caminos estrechos, cuestas empinadas y terrenos con descensos muy rápidos. No fue sino hasta los Juegos Olímpicos de Sidney 2000 cuando el mountain bike fue incluido como modalidad deportiva.
Con el paso de los años tanto las bicicletas como los sistemas de protección de los ciclistas fueron evolucionando, destacando especialmente hoy en día el uso de accesorios como cascos especiales, guantes de dedos largos, pedales, clip y zapatillas especiales para este tipo de pedal. Lo que no ha cambiado nunca es el ansia por disfrutar de la naturaleza a través de la bicicleta en el ámbito del ciclismo de montaña.
Las normas de seguridad para practicar ciclismo de montaña te recomiendan llevar de forma imprescindible los siguientes elementos de protección:
A estos elementos de protección imprescindibles para hacer ciclismo de montaña tienes que añadirle algo de agua o bebidas isotónicas para la hidratación y alimentos energéticos y/o fruta para el esfuerzo físico. Esto se puede portar en el clásico botellín acoplado a la bicicleta o en una mochila. Como complementos también podemos llevar un kit de reparación de pinchazos, en el que incluirás cámaras, parches y bomba de aire, así como luces delanteras y traseras, GPS o brújula y un pequeño botiquín.
¡¡Ah!!, y para mayor seguridad, lo mejor es llevar un teléfono móvil con la batería cargada. Hay que estar siempre atento a cualquier imprevisto, ¿verdad?
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